domingo, 11 de marzo de 2007

La balsa de la locura




Deseo amontonarte, clavarte en una chincheta en mi pared, enfrascarte, meterte en mi mini-cadena, quiero morderte los labios, arrancarte los ojos con los míos, alborotarte el pelo, ver todos los huesos de tu cara de rabia excitada, desencajarte, arrancarte de tu arraigo, poseerte, abrazarte entre cartones, consumirte en un hielo derretido, derrumbarte como una montaña de nata, meterte en un vaso de tubo y ahogarte.

Que seamos absurdos por un día, que me claves las uñas, que te apoyes en mi como las olas se abrazan a los petroleros, que me abandones, que me trasciendas con una hora de noche sin luna.

Quiero que me mires a mi, soy un solemne y retorcido renegado del corazón sangriento de las noches, perfumado de alcohol, crepitando con el tabaco y dolorido como la basura que nunca es recogida, siempre tirado a la puerta de tus labios, oliendo cada día peor, más podrido a cada hora que pasa, más perdido de esperanzas de encontrar tu calma.

Will

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